Wednesday, October 20, 2004

¡que alegria!, ¡que alboroto!, ¡otro perrito piloto!

Señores, no se de que me quejo, la buena estrella me sonrie... me gusta mi carrera, me gusta mi trabajo, tengo una familia que me quiere, una hermosa coleccion de comics, conexion a internet, en resumen todo lo que un freak de mis características podria desear, y ademas, me acabo de enterar por la carcel de papel que Neil Gaiman va a empezar a reeditar y publicar nuevo material de Miracleman en los proximos 18 meses. Y todo esto coicidiendo con mi momento de alucine por dicha obra. Por que la verdad sea dicha, habia perdido toda esperanza de tenerla en papel algun dia, y, ¡oh sacrilego de mi!, me la descargue y me la empece a leer por el cdisplay (Mercurio se cubre la cabeza ante el lanzamiento de teclados, ratones y demas material informático por varios fundamentalistas frikis).



Bueno, a quien no conozca el tebeo en cuestión, ha de saber que se trata de una de las obras magistrales del cómic, y casi casi que no me atrevo a hacer una reseña, porque de momento solo me he leido la etapa de Alan Moore, y segun casi todas las opiniones, la de Gaiman es aun mejor.
Pero mi osadia es muy grande y hare una pequeña sintesis. En esencia, Miracleman es como un superheroe de los de antes, con superpoderes tochos y uniforme de colorines, toma consciencia de si mismo, y se eleva hasta la categoria de mito, de Dios entre los mortales. El argumento destila filosofia de Nietzsche, el concepto de superhombre, del ser superior que heredara la tierra esta presente como eje central de la trama. Tambien hay una serie de guiños a Herman Hesse, autor de obras como "Siddharta" o "el lobo estepario"
Tambien encontramos un gran numero de referencias psicologicas, sociológicas y politicas, sobre todo de los años 80, que consiguen darle cierta verosimilitud a algo tan peregrino como un superheroe tipico.
Desde la primera página de la etapa de Moore me asaltó una duda, ¿cual es la intencion que realmente tiene Sir Alan?, ¿homenajear el comic clásico?, ¿reirse de el? (fijaos en el personaje de liz, la mujer de MM), ¿trascender y dar un nuevo significado al superheroe de toda la vida y romper los significados clasicos de estos personajes usando los mismos significantes?, ¿todas a la vez?. Ni idea, pero desde luego lo borda.
Aviso a navegantes, que no os pase como a mi, que aunque habia leido que Miracleman era fantastico, lei las 3 primeras paginas y pensé que seria fantastico, pero como puede serlo el Superman de los 50, porque eso es solo el primer capitulo. El rollo cincuentero dura 12 paginas para hacer una necesaria introducción, luego, os lo digo en serio, os vais a cagar, no tiene nada que ver.

Estoy sintiendo unas ganas irreprimibles de ponerme a contar todo el argumento e iniciar un largo debate sobre los simbolismos de la obra y todos sus detalles, pero he de resistirme debido al caracter divulgativo de este blog, y que rajarle a alguien el viaje tan maravilloso que estoy haciendo yo seria una verdadera cabronada.
Lo que si puedo comentar es lo terriblemente conflictiva esta obra, y no por su argumento, que tambien tiene miga, Alan Moore no se corta un pelo, sino por la terrible lucha legal que ha habido por los derechos del personaje, y que han mantenido el tebeo paralizado e inconcluso desde los años ochenta hasta hoy. Todd Mcfarlane y Neil Gaiman llevan un cerro de años sacandose los ojos de este personaje, del que ambos compartian derechos. Gaiman dice que es suyo porque el lo guionizó y Mcfarlane decia que como habia salido en Spawn y tenia muñequitos... una mamonada. Moore y otros autores de primera linea se solidarizaron con Gaiman, por que era el bando que apostaba por el cómic y no por el merchandising. Al final parece que se ha impuesto la razón, y el que se lleva el gato al agua es mi bienamado Neil.



Tambien es interesante saber que el personaje fue creado como replica exacta de Marvelman, y eso le provoco en los años 80 bastantes broncas con Marvel ya que era una a la britanica de Dc de su propio personaje.
Bueno, voy cortando que me caigo de sueño, solo me queda una cosa que decir: ¡KIMOTA!.
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